Galeneo nace con la vocación de recuperar los valores que inspiraron la práctica de la medicina cuando se carecía de los recursos a los que la tecnología nos ha llevado; la tecnología es necesaria, pero no más que la humanidad en el trato que necesita el paciente para afrontar su enfermedad y facilitar su recuperación.
Una forma de actuar propia que nos inspira en la búsqueda de profesionales médicos que, alineados a nuestros valores, quieran extender el cuidado y la supervisión de sus pacientes allí donde lo necesiten.
Nuestro principio es facilitar al paciente la mejor experiencia posible dentro de su enfermedad, dándole acceso a los mejores profesionales y a los recursos técnicos más avanzados de una forma fácil y eficiente, esté donde esté
Galeneo aporta a la práctica de la medicina actual el conocimiento, la experiencia y una peculiar forma de trabajar, con la que ambicionamos cumplir las expectativas del paciente y de su entorno familiar.
Nuestro nombre está inspirado en Claudio Galeno, el célebre médico, cirujano y filósofo griego nacido en Pérgamo. Uno de los primeros y más destacados médicos clásicos.
Hoy en día usamos el término “galeno” para referirnos, de forma poética, a esos profesionales que ejercían la medicina tradicional. Filósofos de una medicina profundamente humana. Médicos que acudían a casa de sus pacientes y que cobraban por mantenerlos con buena salud -no por curarles puntualmente cuando estos enfermaban.
Si a aquella medicina emotiva le sumamos las ventajas de la tecnología más avanzada, el resultado es Galeneo Health. Un proyecto formado por profesionales con una innovadora manera de practicar la medicina de toda la vida.
Por Jaime García-Prieto
CEO de Galeneo
Si dijera que Galeneo surgió de un plan madurado al milímetro durante años, mentiría. Es el fruto del vuelco que provocó la pandemia en nuestras vidas y de mi propia historia familiar.
Como biotecnólogo e investigador biomédico, he participado en el descubrimiento de terapias, en el desarrollo de soluciones tecnológicas y en la implantación de procesos asistenciales que han mejorado la vida de multitud de pacientes.
Como hijo y nieto de médicos, he tenido la suerte de vivir una medicina tradicional. Mi abuelo, médico de un pueblo, y mi madre, médica de UVI, siempre practicaron una medicina donde la complicidad médico-paciente era fundamental. Por eso mi familia no la componen solamente mis parientes, sino también sus pacientes. Personas que, una vez curadas, siguieron formando parte de nuestras vidas.
Cuando llegó la pandemia, pusimos en marcha iniciativas y servicios para tratar a pacientes en sus hogares, comprobando que montar hospitales en casa era posible. Esta vivencia me hizo ver la utilidad de proveer a la industria sanitaria de procedimientos médicos estandarizados realizados en domicilio y en persona.